La diferencia entre un emprendimiento como estilo de vida y una startup de crecimiento

No todos los negocios son creados iguales. O por lo menos no deberían de ser creados iguales. Las metas y ambiciones con respecto al estilo de vida que el fundador quiere llevar y los resultados del negocio van a marcar la manera en que se construye. Si esos aspectos están desalineados pueden llevar a frustración por parte del fundador y del equipo, además de nunca obtener los resultados que se querían.

Es importante, al comenzar tu negocio, entender si estás creando un emprendimiento de estilo de vida o una startup de crecimiento. Aunque ambos son negocios, tienen diferencias fundamentales en términos de estructura, crecimiento y expectativas de inversión y esto es clave para definir las expectativas correctas sobre el trabajo que se debe de hacer y, por supuesto, los posibles escenarios de éxito y fracaso en el futuro.

La diferencia principal entre un emprendimiento de estilo de vida y una startup de crecimiento es su estrategia de crecimiento agresivo y, por ende, las necesidades de obtener capital de riesgo. Si tu objetivo es crear un negocio que sea sostenible a largo plazo y que proporcione ingresos razonables para vos, tus amigos y tu familia, estás buscando crear un emprendimiento de estilo de vida. Este tipo de negocio suele tener un crecimiento lento pero constante y aunque tienen muy buenas consecuencias a nivel personal, de familia y de comunidad, no son apetecidos por los fondos de capital de riesgo por su enfoque centrado en el fundador más que en la expansión agresiva.

Es importante acotar que este tipo de negocios para “estilo de vida” no son más o menos válidos, sólo son diferentes. Joe Rogan, por ejemplo, creó un negocio de estilo de vida con su podcast The Joe Rogan Experience cuyos derecho terminó vendiendo a Spotify por $100M. Hay muchos ejemplos de restaurantes, empresas de servicios y hasta empresas de tecnología que se forman pensando en maximizar el estilo de vida que terminan siendo exitosos. 

En cambio, si estás buscando un crecimiento rápido y acelerado, estarías creando una startup. Este tipo de empresas están estructuradas para facilitar la inversión de capital externo (sobre todo capital de riesgo) y requieren estructuras internas/legales más complejas para manejar los intereses de las partes interesadas a lo largo de los ciclos de financiación que van a llevar en ese crecimiento que están buscando.

Por ejemplo, ChatGPT, el producto estrella de la startup OpenAI logró quebrar el récord al llegar a 1 millón de usuarios ¡en 5 días! Adquirir 1 millón de usuarios de cualquier manera requiere capital y tiempo, pero adquirirlos de manera acelerada requiere de un músculo de financiamiento grande y, sobre todo, ambición de hacer lo necesario para crecer a ese ritmo agresivo. OpenAI ha levantado $11.3B para financiar ese crecimiento agresivo y solo un crecimiento así de agresivo les va a generar resultados.

La inversión externa es sólo una de las áreas en que se diferencian los dos tipos de negocios. Para ser considerada una empresa con posibilidad de ser apoyada por capital de riesgo, tu compañía debe tener el potencial de generar ingresos significativos y crecimiento exponencial, normalmente apoyado por un “burn” o “gasto” de efectivo mes con mes para contratar y comprar servicios para apoyar ese ritmo de crecimiento. Por el otro lado, un emprendimiento de estilo de vida generalmente no tiene ese nivel de presión para crecer y puede concentrarse más en la rentabilidad a corto plazo y el balance de vida-trabajo del fundador.

Podemos comparar los datos de OpenAI con un producto de un creador “indie” o independiente llamado Louis Pereira que creó una aplicación que usa el API de OpenAI para darle servicios de transcripción de audios a sus clientes. Al momento de escribir esto tiene menos de 600 clientes, pero el creador genera ingresos mensuales que le satisfacen y puede manejar el negocio por sí solo. Pereira, con este tipo de números y crecimiento, no aplicaría para capital de riesgo – y no quiere aplicar.

El crecimiento acelerado que caracteriza a las startups está diseñado tanto para lograr un retorno para la inversión de quienes financiaron el proyecto como para asegurar que el impacto que pretenden generar con su propuesta de valor se de sin que gane un competidor. El ADN de las startups es diferente que el de un emprendimiento de estilo de vida, porque requieren ciclos de trabajo y de iteración muchos más rápidos. Los emprendimientos de estilo de vida, generalmente, operan en espacios de negocios donde pueden co-exisitir muchas empresas similares y donde los clientes no están buscando innovaciones radicales y constantes. Esto hace que quienes estén mejor alineados con este tipo de negocios prefieran un tipo de trabajo con menos presión y rapidez.

Por lo tanto, es crucial que antes de lanzarte al mundo de creación de nuevos negocios, entendás bien cuáles son tus expectativas y qué tipo de empresa querés construir. Querer crear un emprendimiento de estilo de vida no es menos válido que querer crear una startup de crecimiento. Al final del día, la decisión debe estar alineada con tus metas personales y el estilo de vida que deseás. Porque, al final del día, un negocio no es únicamente una manera de generar dinero, es la manera en la que vas a vivir tu vida.