¿Por qué estoy escribiendo esto?
Empecemos por lo primero, quién soy y por qué en el mundo estoy escribiendo este artículo.
Soy Diego y hace algunos años co-fundé Sento, una startup de inteligencia conversacional que con inteligencia artificial ayuda a empresas en toda Latinoamérica a transformar todas sus llamadas y chats en decisiones de negocio. Poco después de fundar la empresa y empezar a tener clientes, nos dimos a la tarea de levantar inversión para crecer la empresa al potencial enorme que le veíamos. Con éxito, hace poco más de un año, recibimos inversión de Platanus Ventures y luego de Caricaco Ventures y MGV Capital, entre otros inversionistas.
Quería escribir esta reflexión porque la experiencia ha sido increíblemente interesante y ha cambiado muchas cosas para nosotros — pero quizás no de la forma en que la mayoría imagina.
Estoy convencido de algo que no se dice lo suficiente y yo siempre intento decir: levantar capital no es para todos. No lo digo como una advertencia ni como crítica de ninguna forma. Lo digo porque me parece un error común pensar que levantar inversión es la meta. Y no lo es. Es un medio. Un medio que tiene sentido solo si tu modelo de negocio, tu mercado y tu ambición encajan con la lógica de escalar rápido, porque esa suele ser la expectativa de los inversionistas de capital de riesgo.
Este post es una carta abierta para cualquier founder que esté considerando levantar inversión. No para convencerte de hacerlo, sino para compartirte qué pasa después. Desde adentro, desde mi punto de vista, sin adornos.
La realidad de recibir inversión
1. Más responsabilidad, no menos
Recibir inversión no significa que ahora tenés “más margen para probar” y ya. Significa que entre las pruebas tenés más presión en acertar. Hay más métricas que importan, más expectativas que cumplir, más foco que mantener. La disciplina se vuelve indispensable, ya no es opcional. Ya no estás arriesgando solo tu plata (o tu costo de oportunidad) estás haciéndolo con plata de alguien más. Entre todo, mucha más responsabilidad, eso no debe asustarte; es simplemente una realidad.
2. El crecimiento acelerado es la expectativa
Ya no se trata de ver si creces, sino de cuánto y qué tan rápido. La vara cambia. Y no es solo interna —tu equipo, tus inversores, el mercado empiezan a verte como una empresa que tiene que crecer, por supuesto tú a lo interno también. Y eso, aunque es apasionante, también puede ser desgastante si no tenés claro que realmente querés crecer así de acelerado.
3. Sos menos dueño —de todo
Recibir inversión implica ceder. No solo se trata de lo obvio que es el equity (participación). También cedés algo de la narrativa, de la autonomía y del tiempo que dedicás a justificar decisiones, esa última siendo una de las más interesantes que hay que aprender a manejar. No porque te lo exijan, sino porque el juego cambia. Y aunque nosotros tuvimos la suerte de contar con inversionistas que confían en nosotros y no interfieren en la ejecución del día a día, eso no quita que sentís el peso de representar a alguien más.
4. No te hace más cool
Esto es importantísimo. Levantar inversión no te vuelve una mejor empresa, ni te valida como founder. Hay excelentes compañías que nunca han levantado capital. Y hay startups con millones que no saben a dónde van. La inversión es una herramienta, no un trofeo. Es clave darle exactamente cero importancia al “ego” que puede generar el levantar inversión.
¿Y entonces, para qué sirve?
Vámonos ahora a varios puntos que justifican con creces el recibir inversión, porque bien manejado puede ser realmente transformador. Te dejo 4 puntos:
1. No te da respuestas, te compra tiempo
En etapas tempranas, el capital no viene con una guía de cómo usarlo. Pero sí te da oxígeno para pensar, para iterar y para equivocarte sin sentir que cada error puede ser el último. Te da una pista más larga para despegar bien (encontrar product-market fit).
2. Te permite iterar más rápido y con menos miedo
En nuestro caso, la inversión nos ayudó a probar nuevas funcionalidades, entender mejor a nuestros clientes y lanzar iniciativas que antes hubiéramos tenido que ir más lento probandolas. Iteramos más y mejor porque teníamos espacio para hacerlo.
3. Te empuja a crecer de verdad
Con plata en el banco, la mentalidad cambia. Ya no se trata de cuidar cada centavo como si no hubiera mañana, sino de invertir estratégicamente para acelerar, primero el camino al product-market fit y luego a los milestones comerciales.
Extra: Yo peleo con el término “Burn” (“Quemar”), me suena como si fuera imprudente, a mí criterio el término es “invertir”.
4. Si elegís bien, ganás algo más que dinero
Donde la sacamos del estadio nosotros fue que nos rodeamos de fondos e investors que realmente suman. Caricaco Ventures, Platanus Ventures y MGV Capital no solo trajeron capital, sino también perspectiva, comunidad y apertura. Tener inversionistas que te retan con respeto, que aportan sin imponer, y que te conectan con otros founders que están en el mismo viaje… eso vale más que cualquier wire transfer.
Al final estamos en el mismo barco de querer hacer que la cosa funcione de la mejor forma posible, por el bien de ambos. Se siente increíble esa alineación de incentivos cuando elegís bien. Así que, ¡ELEGÍ BIEN!
Reflexión final
Levantar capital no te define. Lo que sí te define es cómo usás ese capital para construir algo que realmente valga la pena.
Si estás pensando en recibir inversión, o si ya estás en ese camino, ojalá este texto te sirva para darle una pensada y tener más claridad. Al final del día sirve mucho oír la perspectiva de los que estamos en este barco donde todo es loco (en el mejor de los sentidos). Yo sigo aprendiendo. Pero si algo tengo claro es esto: lo importante no es levantar capital, lo importante es levantar una empresa que valga la pena. Para eso respira uno como founder. Para eso respiramos en Sento.