Decidir comenzar una startup es decidir embarcar en una misión.
Por definición, una startup debe de abarcar un problema que no se haya resuelto antes o que se pueda resolver de una mejor manera. O sea, la razón por la que se decide crear una startup es para llevar valor a personas que no están recibiendo el valor que creemos que deberían de estar recibiendo. (Claro, también porque sabemos que si logramos llevar ese valor al mundo de manera sostenible y eficiente, nosotros podemos recibir un valor desmedido de vuelta).
Esto implica que tenemos una visión de lo que debería ser el mundo y que construir ese mundo que queremos ver se convierte en nuestra misión.
Tener una visión y misión para tu startup no es un check en una lista de requisitos de administración de negocios, es un no negociable para iniciar.
La misión de una empresa es una declaración clara y concreta que describe el «por qué» existe.
Por ejemplo, la misión de Google es «organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil».
Airbnb tiene la misión de «crear un mundo donde cualquier persona pueda pertenecer a cualquier lugar».
Estas frases dejan claro el mundo y la visión que cada empresa se comprometió a construir. Airbnb no puede descansar hasta que cualquier persona pueda viajar a cualquier otro lugar del mundo y sentir que pertenece. Google no puede descansar hasta que toda la información del mundo sea accesible para cualquier persona.
Sus misiones no sólo comunican la razón de ser de estas empresas, sino que también inspiran y guían a sus equipos, inversionistas y clientes.
Bien hecha, una misión fuerte y clara es fundamental para nuestras startups.
¿Por qué importa tener una misión?
Enfrentar los retos de crear una startup
Lo hemos dicho muchas veces, no por asustarlos, sino por ayudarles a entender el camino: crear una startup de tecnología es un camino incierto y lleno de retos. Vas a dudar muchas veces de si estás haciendo lo correcto, vas a tener que convencerte de hacer cosas que no sabés hacer bien y no sabés si van a salir bien. Una misión clara es una fuente de motivación y orientación en todos esos momentos difíciles. Ayuda a los fundadores y al equipo a recordar por qué empezaron este viaje y por qué deberían de seguir caminando aunque sea difícil e incierto.
Uno de esos retos, el más grande y frecuente, es asegurarte que estás resolviendo un problema real que genere valor en lugar de enfocarte en crear un producto que tenés en la mente. Una habilidad importantísima de un fundador es enamorarse del problema y no de una solución, y tener clara la misión hace claro el problema y la importancia que le asignás a resolverlo.
Poder estar alineado a esa misión de solucionar un problema te permite adaptar, cambiar y redireccionar el producto de manera objetiva cuando no esté logrando el objetivo.
Formación y unificación de equipo
Tener una misión bien definida ayuda a alinear a todos los miembros del equipo hacia un objetivo común. Cuando los empleados entienden y comparten la misión de la empresa, están más motivados y comprometidos. Según un estudio de Gallup, las empresas con empleados comprometidos son un 21% más productivas y tienen una rentabilidad un 22% mayor que aquellas sin este compromiso (Gallup, 2017).
Además, una misión convincente, clara e importante, te va a ayudar a reclutar personas increíbles a tu equipo para ayudar a construir ese mundo que quieren ver. Decidir unirse a una startup no es una decisión sencilla. Hay mucho más riesgo y, seguramente, menos compensación inicial que en un trabajo tradicional. Una misión importante ayuda a personas con el talento que necesitás a unirse a una causa que es más grande que solo trabajar por un salario.
Una misión convincente, al inicio, es tu mejor herramienta de reclutamiento.
Importancia para los inversionistas
Los inversionistas están corriendo un riesgo al invertir y saben que ese riesgo puede venir con un retorno de inversión muy bueno a largo plazo. El proceso de “exit” de una startup toma, en promedio, alrededor de 7 años pero puede ser más. Eso significa que si una startup decide cerrar su operación antes de eso, los inversionistas pierden su inversión o el retorno que estaban esperando.
Por eso, para los inversionistas, una misión clara, fuerte y bien articulada es una señal de que el equipo está comprometido con un propósito. Esto puede aumentar la confianza en la capacidad de la startup para tener un impacto significativo y sostenible.
Para sostener este punto, un estudio de Harvard Business Review encontró que las empresas con una misión clara tienen un 30% más de probabilidades de atraer inversión de capital riesgo (HBR, 2019).
¿En qué momento debería de formalizar la misión de mi startup?
Es ideal definir la misión lo más pronto posible. La misión, al igual que cualquier otra parte de una startup de crecimiento, probablemente va a ir mejorando y haciéndose más fuerte conforme el equipo vaya aprendiendo cosas de la industria, el producto, los clientes y el impacto que pueden tener.
No deberías preocuparte por tener una “misión perfecta” para comenzar, solo una misión que defina el por qué todos los involucrados van a dedicar su tiempo y recursos a construir esa visión del futuro. De ahí en adelante, lo importante es ir aprendiendo y modificando.
Esto no solo ayuda a guiar las decisiones estratégicas iniciales, sino que también establece una base cultural compartida entre todas las personas involucradas sobre la cuál la startup puede crecer.
En las primeras etapas, cuando los recursos y el tiempo son limitados, tener una misión clara puede ayudar a priorizar y enfocar los esfuerzos en lo que realmente importa.
¿Cómo debería crear la misión?
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A modo de resumen, podés pensar en crear una misión de la siguiente manera:
- Identificar el propósito: Reflexioná sobre por qué estás creando esta startup. ¿Qué problema estás resolviendo? ¿Por qué es importante?
- Describí el mundo que querés ver: ¿cómo va a ser mejor el mundo cuando tu startup pueda cumplir su misión?
- Involucrar al equipo: Si ya tenés un equipo, involucralo en el proceso de definir la misión. Esto asegura que todos se sientan parte de la misión y estén alineados con ella.
- Ser claro y conciso: La misión debe ser fácil de entender y recordar. Evitá el lenguaje complicado y mantenelo breve.
- Reflejar los valores: Asegurate de que la misión refleje los valores fundamentales de la empresa.
- Revisar y ajustar: La misión no está escrita en piedra. Revisala periódicamente y ajustala si es necesario, a medida que la empresa evoluciona.
Tener una misión es una herramienta poderosa para cualquier startup de tecnología de alto crecimiento. No solo ayuda a alinear y motivar al equipo, ayuda a atraer inversión y también es crucial para mantenerte firme ante los retos de desarrollar tu proyecto. Definir la misión desde el principio y hacer que sea una parte integral de la cultura de la empresa puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Eso sí, una misión que no sea convincente y que no resuene con la gente que querés atraer (talento, inversionistas y clientes) te va a generar el efecto contrario.
Asegurate de tomarte el tiempo para reflexionar y crear una misión que importe, que esté bien comunicada y que pueda servir de fundación para construir el mundo que querés ver.
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