Los 4 criterios para saber si ser founder es para vos

Tomar la decisión de empezar una startup es un momento emocionante. Como fondo que invierte en startups en etapa tempranas, hemos conocido a muchas personas cuya ilusión es evidente: están motivados, dicen conocer muy bien cual es el problema, confían en que tienen la solución perfecta, etc. Este optimismo y seguridad también lo podés ver entre tus propios familiares, amigos o conocidos que decidieron emprender en algún momento en sus vidas. 

También debés conocer muchas historias de startups que “fracasaron” (9 de cada 10), ya sea porque se desviaron tanto de su problema inicial que terminó sin pies ni cabeza, nunca lograron consolidar un modelo de negocio que les fuera rentable, no era el momento para lanzar el producto (a veces el mercado no está listo) o los y las fundadoras simplemente tiran la toalla. Pero, ¿por qué es qué pasa esto? ¿Qué es lo que separa a las personas que logran tener negocios exitosos de las que no? La verdad es que no hay un manual o una guía de éxito que seguir, solamente patrones y observaciones que hemos adquirido en nuestros años como fondo para poder intuir si una persona tiene lo que se necesita para emprender:

  1. Emprender no es como en las películas

Como muchas cosas en la vida, aprendemos sobre el mundo y sus posibilidades a través del arte: películas, libros, novelas, series, etc. Las historias de superación a nivel de emprendimiento abundan: pasar del garaje de la casa a tener una empresa que vale mil millones, han sido el pan de cada día en Hollywood. Enfocarse solamente en aquellas startups que tuvieron éxito, sin reflejar la cantidad de empresas que quedaron en el camino, genera un sesgo cognitivo en las audiencias al simplificar el proceso, provocando que muchas personas crean que es  mucho más fácil de lo que realmente es.

Estas representaciones también tienen una forma particular de describir a sus personajes principales: personas (hombres, en su mayoría) con grandes niveles de confianza, expertos en su campo (finanzas, programación) y genios creativos con altos niveles de energía. 

Este estereotipo del fundador “alfa” hace que personas que tengan perfiles diferentes a lo mostrado (más callados, introvertidos, tradicionales, de un ritmo más lento) no se echen al agua a emprender, a pesar de que serían capaces de crear algo revolucionario. Les podemos decir de primera mano, que los y las fundadoras de nuestro portafolio cuentan con personalidades muy diferentes entre sí, con sus fortalezas y debilidades. 

Por otro lado, estas descripciones también hace que personas energéticas deseen emprender, pero fracasan al no contar con la cualidad más importante:

  1. Resiliencia: fortaleza ante los rechazos

Todas las personas eventualmente sufrimos de rechazos en una o más áreas de nuestra vida. Cuando sucede una y otra vez, es difícil no sentirlo como algo personal; como si el mundo estuviera conspirando en contra de nosotros.  Es fácil y hasta normal sentirse triste y querer la toalla cuando esto sucede, pero son aquellos con más resiliencia los que deciden poner un paso enfrente del otro y continuar intentándolo. 

¿Por qué te estamos diciendo esto? Bueno porque, al empezar una startup, te vas a convertir en el rey o reina de los rechazos, especialmente al inicio. Tendrás que poner tu sangre, sudor y lágrimas para lograr convencer a tus primeros usuarios de usar tu producto; podés pasar mucho tiempo sin recibir ninguna ganancia, por lo contrario, podés perder mucho.

Es por esto que vos y tu equipo deben conformarse por  personas resilientes, aquellos que tengan la capacidad de navegar y caminar la cuerda de pasar a recibir noticias increíbles a enfrentar situaciones críticas que requieren de decisiones difíciles. Es claro que nadie es perfecto y la presión puede afectar hasta al más fuerte (emocionalmente hablando), por lo que es crucial combinar la resiliencia con otra habilidad muy importante:

  1. Autogestionar y organizar tu tiempo

No es suficiente con estar ocupado, las hormigas también lo están, La pregunta es, ¿qué es lo que está ocupando nuestro tiempo?”-Henry David Thoreau, escritor y poeta.

Emprender significa construir algo desde cero. Significa tener la capacidad de gestionar y organizar tu tiempo, tareas y equipo para cumplir las metas que vos mismo te propongás, según tu conocimiento y el objetivo final.  Esto puede ser muy bueno o muy malo, según el tipo de persona que sos. La “libertad” de tiempo viene acompañada de la necesidad de ser altamente disciplinado y de estar en constante aprendizaje para no quedar rezagado. 

Los(as) emprendedores(as) no tienen una jornada regular de 9 a 5. Emprender es vivir y respirar su negocio 24/7” -Christine Tsai, CEO & Fundadora de 500GlobalVC.

Al ser un(a) fundador(a), cada día hay un nuevo reto y nuevas oportunidades. Si sos alguien que prospera en la estructura, estabilidad y esquema definido de una organización, el emprender puede resultar abrumador. 

  1. Cuando la motivación se queda corta

“Pero, ¿no es que la fuerza de voluntad puede con todo?, ¿Qué pasa si estoy muy motivado? ¿No es la pasión suficiente?”

En corto, la respuesta es no. Antes de empezar, es muy importante que te preguntes ¿Por qué quiero emprender? y realmente reflexionar sobre la respuesta. Puede ser porque quieras hacer mucho dinero en relativamente poco tiempo o porque te da curiosidad vivir el proceso. Sea la respuesta que sea, si te hacen falta las habilidades que mencionamos más arriba, esa motivación se llegará a esfumar.

Sobre motivaciones, pasión, propósito, hemos observado a lo largo de nuestro portafolio que hay dos inspiraciones que no solo se mantienen en el camino de emprender, sino que son como guías para todas las decisiones importantes que tomemos:

  1. Interés en el problema

Las grandes startups nacieron porque sus personas fundadoras experimentaban el mismo problema una y otra vez en su cotidianidad, y no son los únicos (el resto son sus clientes). Por ejemplo, Juan Monge, fundador y CEO de Zunify explica que la idea de construir una red de pagos surgió a partir del problema que experimentaba con la descentralización de su vida financiera a través de diferentes canales y aplicaciones, por lo que pensó, “¿por qué no unirlas?” 

Este interés inicial por el problema debe ir acompañado de un conocimiento base, que con el tiempo se va profundizando poco a poco. Por esto, es importante estar familiarizado con aquello que estás interesado en resolver, ya sea por que lo vivís diariamente a través de la familia, el trabajo, problemas locales de tu ciudad, etc.

  1. Amar a su equipo de trabajo

Amar trabajar en equipo y especialmente con tu equipo, es de los motivadores que más perduran en el tiempo de los y las fundadoras. Si sos una persona que no le gusta o no creé tener las habilidades para manejar todo lo que conlleva crear un emprendimiento con alguien más, pueden surgir problemas en el camino.

El estar trabajando con personas afines y alineadas en una misión en común es de esas cosas con las que debemos estar claros desde el inicio, de lo contrario, tarde o temprano los problemas empezaran a aparecer.

Además de tener puntos de encuentro, es vital que el equipo esté conformado de diferentes experiencias y fortalezas, como dicen que “la unión hace la fuerza”, poder complementar sus habilidades mutuamente les dará una sinergia que definitivamente aumentará las posibilidades de éxito.

  1. El peor escenario posible

«Un emprendedor es alguien que salta a un precipicio y construye un avión en el camino hacia abajo”, dice Reid Hoffman, fundador de LinkedIn.

Una de las mejores pruebas que te podés hacer para saber si emprender es para vos, especialmente para determinar si es el momento adecuado para hacerlo es preguntarte: “en la actualidad, ¿puedo afrontar el riesgo del peor escenario posible?”

¿A qué nos referimos con el “peor escenario posible”? Aunque esto puede sonar un poco fatalista, tenés que saber todo lo que implica emprender, incluyendo los aspectos más negativos. ¿Podés vivir sin salario ni ingresos por un año o más?  Necesitarás contar con el apoyo emocional y financiero necesario para enfrentar los desafíos, ya que pueden pasar varios meses o incluso años antes de que tu startup sea rentable. 

Si estás estudiando o acabás de salir de la universidad, puede ser que la respuesta sea sí, pero si has estado trabajando en la misma empresa por unos 5 años y están a punto de darte una promoción, tal vez sea un muy mal momento para hacerlo. 

La falta de recursos requiere que seas altamente creativo y eficiente con el uso de tu tiempo y dinero. En este punto de tu vida, debés definir si considerás que esta presión te resulta estimulante y se alinea con el estilo de vida que querés o si de lo contrario, te parece una tarea muy agotadora.

Si bien es cierto que nunca habrá un momento perfecto para empezar, tener una visión clara y un respaldo mínimo puede ayudarte a superar los obstáculos iniciales. La preparación y la capacidad de adaptarte rápidamente son esenciales para navegar los momentos más inciertos. Si no podés manejar el peor escenario posible, la ansiedad que tendrás va a  provocar que te hagás un autosabotaje y nublará todas tus decisiones.

Entonces, ¿estás listo(a) para fundar una startup?

Después de describir algunas habilidades, motivaciones y condiciones claves para emprender y definir si emprender es para vos, si aún lo estás considerando, la mejor manera de eliminar cualquier duda es simplemente hacerlo.

Para empezar una startup, solamente ocupás un problema, un equipo y algunas ideas iniciales sobre el modelo de negocio (tenemos un boletín sobre este mismo tema por si ocupás una guía). El aprendizaje que viene después de intentarlo es invaluable: enfrentarás una faceta tuya que no conocías y saldrás con mucho conocimiento y anécdotas interesantes para tu futuro. El tener experiencia en startups no solo puede ayudarte en tu carrera profesional, pero, si lo decidís intentar de nuevo, los reportes demuestran que en este 2024, el 49% de todas las inversiones que se hicieron en Latinoamérica en startups, fue dirigido a personas que contaban con experiencia previa.

La vida de fundador(a) no es para todos, pero para quienes la eligen, puede ser una de las experiencias más enriquecedoras y desafiantes. No hay un manual o una receta universal para tener éxito, pero desde Caricaco Ventures contamos con la experiencia para conocer los desafíos de emprender y estamos aquí para brindarte el soporte que necesitás en cada paso de tu camino.
Te invitamos a leer nuestra tesis de inversión, para que conozcas más sobre el tipo de startups en las que invertimos y desde donde te podemos ayudar más.

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