Estados Unidos había sido campeón de vela en el America’s Cup por 132 años. Es, por un margen gigante, el record de invictos en cualquier deporte, por cualquier equipo, en cualquier lugar del mundo.
La supremacía estadounidense era aplastante.
Eso es hasta que John Bertrand y el equipo de Australia acabara con su reinado en 1983.
Australia, con Bertrand, ya había intentado ganarle — sin éxito — al campeón en 1970, 1974 y 1980.
Nadie creía que fuera posible.
Ganar no era únicamente cuestión de talento deportivo, también era necesaria una inversión titánica (se estima que alrededor de $70-$100 millones para poder competir en ese entonces) y el equipo estadounidense tenía el apoyo del New York Yacht Club, una institución honorable y, muy rica.
El abuelo de Bertrand había construido yates para el America’s Cup y el papá era pescador profesional. Bertrand conocía el mar, el viento y los barcos y, sobre todo, estaba decidido a ganar. ¿Pero cómo? Saber todo eso y tener ganas no era suficiente.
Lo primero que hizo fue que consiguió una beca para un Master of Science en el Departamento de Ingeniería Oceánica en MIT. «Para poder ganarles tenía que ser parte del sistema de ellos y conocerlo todo», dijo Bertrand. En MIT estudió todo lo que pudo acerca del conocimiento estadounidense del mar, los barcos, el viento, etc.
¿El nombre de sus tesis? «Optimum Angle of Attack of America’s Cup Sails». Su enfoque era clarísimo: hacer lo necesario para ganar.
Lo segundo que hizo fue estudiar las cualidades humanas necesarias para ganar.
No era suficiente tener conocimiento y habilidad física, los australianos tenían de sobra, necesitaban ego. El equipo estadounidense liderado por Dennis Conner era fuerte, habilidoso, millonario pero sobre todo: egocéntrico. Su único enfoque era ganar y tenían el ego necesario. Los australianos no.
Aparte del entrenamiento físico y conseguir financiamiento, Bertrand se enfocó en evaluaciones psicométricas y terapia de confianza para poder construir el carácter necesario en el equipo.
Los australianos, culturalmente, son humildes. No les gusta destacar por encima de otros o sentirse superiores. Eso les ayudaba mucho para ser un país con altos niveles de producción y felicidad, pero no para arrebatar títulos mundiales.
En 1983 Bertrand y su equipo llevaron a su yate Australia II a ganarle al Liberty de Dennis Conner y los estadounidenses, quebrando dominancia absoluta de 132 sobre el trofeo del America’s Cup.
Lecciones, preguntas y tips (3)
1. ¿Qué podés hacer para lograr una ventaja en tu startup que no sea “trabajar más duro”? Buscá cosas «no obvias» que te den una ventaja.
Es muy fácil pensar que la única manera de ganar es «trabajar más duro”, pero ¿qué cosas no estamos viendo? Bertrand se dió cuenta de algo «no obvio»: podía ir a hacer una maestría y aprender toda la teoría necesaria para tener una ventaja y, además, entender perfectamente cómo pensaba su competencia.
La mayoría no lo hubiera hecho porque tomaba mucho tiempo o porque era difícil estudiar, pero justamente por eso era una ventaja.
¿Qué cosas no obvias podés hacer que te den una ventaja?
2. ¿Cuáles cualidades humanas necesitás para lograr éxito? ¿Cómo las podés desarrollar?
Ni los negocios ni la vida son un ejercicio teórico — son un ejercicio de humanos tomando acción. Tener ganas y tener conocimiento teórico no es suficiente.
¿Cuáles decisiones hay que tomar? ¿Qué actitudes, habilidades, y cualidades mentales llevan a tomar esas acciones?
Por ejemplo, los australianos tenían menos ego del que necesitaban. ¿En Centroamérica nos pasa lo mismo?
Estudiá a otras personas exitosas en startups, ¿qué cualidades comparten? ¿Cómo podés desarrollarlas para vos y tu equipo? Puede ser terapia, entrenamiento, estudio, meditación, etc. Hacé un plan.
3. ¿Cuáles ventajas tenés por ser “más pequeño” o tener “menos poder”?
Claro, el equipo estadounidense tenía una ventaja: capital. Muchas empresas tienen mucho capital y muchas startups creen que sin ese capital no pueden ganar.
Lo importante es darte cuenta que tener tanto capital y tanto tiempo siendo el mejor te hace lento y menos dispuesto a cambiar. Ya ganaste 132 años con la misma fórmula, ¿para qué cambiar?
Bertrand y Australia tenían una ventaja: nuevas ideas, nuevas energías y menos aversión al riesgo de cambiar la fórmula.
¿Cuáles ventajas tenés en tu startup justamente por ser más pequeño y tener menos recursos?